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SERIE: DISFRUTA DE TU FORMA

Con la colaboración de Denis Allso y  Carmen Godino

 

El sistema polariza las realidades corporales trazando una jerarquía clara; la delgadez y la gordura son los extremos de una línea asociada a la belleza y a la fealdad, respectivamente. Dicha línea está repleta de matices pero es reducida a su máxima expresión: lo delgado es bello y correcto, lo gordo feo e incorrecto.

Dichas jerarquías se extienden incluso dentro de las diferentes realidades corporales. Porque todas las personas delgadas no son consideradas iguales. Si eres una mujer muy delgada, con poco pecho o pocas caderas, serás menos valorada que la mujer que tiene estos atributos. Si eres un hombre muy delgado, con poca musculatura, un torso huesudo, quedarás lejos de representar la masculinidad hegemónica. Lo mismo sucede con la gordura. En definitiva; quién se aleja de la “norma”, se aleja del privilegio aun y cuando se pertenece al colectivo que sustente el poder.

Así construimos el ideal entorno a la normatividad corporal. El cuerpo disidente será visto como una rareza, como un fetiche, como un cuerpo secundario o como un cuerpo invisible. Los cuerpos que no son potenciales objetos de deseo han de enamorar, ganar por la inteligencia o por otras razones que nada tienen que ver con lo físico o con lo sexual. De nuevo, los prejuicios y estereotipos se abren hueco en nuestra sociedad, sin dejarnos vivir, explorar y experienciar desde la diversidad.

¿Y qué ocurre cuando a una persona le atrae alguien que no tiene un cuerpo normativo? Si eres una persona con un físico normativo es que “estás enamorada de verdad”, si eres una persona con un físico no normativo es que te juntas con lxs tuyxs y no puedes aspirar a otro tipo de personas…  si eres una mujer es que son más comprensivas, si eres un hombre es que estás desesperado por tener sexo, si eres una persona que se desmarca del orden binario del género directamente eres rara, con algún tipo de problema que no se puede comprender, entre otros. En ningún caso se admite que los culos gordos, la gente muy delgada, la gente peluda, las mujeres con espaldas grandes y/o pechos pequeños, los hombres bajitos, las “mujeres masculinas”, los   “hombres femeninos”, las personas que salen de la construcción social hombre-mujer, pueden atraer sexualmente a otras personas, sin más.

Así que abracemos esa fealdad que no les y nos gusta, hagamos las paces con ella y con nosotrxs mismxs. Si esa “fealdad” que llaman es aceptada, si la asumimos como algo que atrae,que nos atrae, si fomentamos una nueva mirada libre de prejuicios, abriendo el abanico de posibilidades y rompiendo con ese canon de belleza establecido y coercitivo, seremos más tolerantes y más libres en nuestras relaciones y con nosotrxs mismxs. Permitiéndonos ser.

La mirada se puede y se tiene que educar en diversidad y esto es lo que pretendemos con esta serie fotográfica. Debemos transgredir esa mirada capitalista y heteropatriarcal que nos cosifica, nos separa por compartimentos, nos induce a ser de una forma y no de otra y señala cada uno de nuestros para ellxs, defectos.

Mi experiencia con binomio fue y es una montaña rusa de emociones que van de la seguridad a la vulnerabilidad. Para empezar porque tengo complejos con mi propio cuerpo que me hacen sentirme menos seguro de la imagen ideal que proyecto de mi yo “sexy” imaginado. Muy posiblemente no hubiese aceptado participar si me lo hubiese propuesto cualquier otra persona por esto. Confié totalmente en Carmen, a la que sigo intelectualmente desde hace ya tiempo y me contagió su seguridad. Lo cierto es que llegué temblando, con mis brazos delgados tapados por una camisa de manga larga en verano aunque me lo iba a acabar quitando todo.

Pero todo ese rubor se evaporó cuando nos pusimos en situación. Las compañeras de binomio crearon un espacio seguro y de confianza donde todo resultaba natural y nada frio. Nos lo pasamos muy bien y me sentí muy a gusto. Me sentía muy unido a Carmen y sentía que las compañeras disfrutaban de las fotos. No del contenido, sino de la situación. En realidad si que me costó encontrarme de cara con las fotos, no las enseñé ni miré en exceso puesto que no es tan sencillo, si que me habló gente que las había visto desde una perspectiva “deconstruida”, muchos ratos me gustaban mucho las fotos como algo íntimo, casi fetichista, sin embargo no las publiqué con mucha intensidad porque en el fondo me daba corte (solo es mi cuerpo desnudo, ni que le importase a nadie).

Cuando Mapache, artista, hizo el dibujo de la foto si que me dio una sensación de reinicio respecto a mi propio cuerpo. Posiblemente la abstracción de lo que implica un dibujo frente al realismo de la fotografía me hizo sentirme sexy.y mas expresivo.

No se si recomendaría ponerte delante de una cámara como tal, como para hacerse un DNI, pero si que recomiendo a cualquier persona que tenga dudas o el picorcillo de probarlo que se ponga en contacto con Binomio. Al final las fotos son totalmente lo de menos (por lo menos si como yo eres una persona que no entiende absolutamente nada de artes plásticas y menos de fotografía) si lo comparas con el proceso de hacer las fotos, ser la presa del objetivo de las compañeras de Binomio Mujeril es un placer que vale la pena vivir.

Denis Allso Moreno

Valencia, España

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