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SERIE: MÁS PUTAS QUE LAS GALLINAS.  SI, ¿Y QUÉ?


 

“Más puta que las gallinas”. ¿Cuántas veces habremos oído esta frase para referirnos a una mujer y a su sexualidad?, ¿qué se esconde detrás de ella?.

 

Para poder analizar la carga negativa y sexista que lleva este “chascarrillo popular”, vamos a revisar una serie de cuestiones relacionadas con el concepto de género y los mecanismos de control del patriarcado sobre las mujeres.

 

Entendemos el género como un proceso interpretado y adquirido, no como un concepto biológico innato (Butler, 1993). Por tanto podemos afirmar que la posición y los diferentes roles de la mujer en la sociedad no son fijos, sino construidos.

 

En el sistema patriarcal que vivimos, el hombre es el fuerte y valiente mientras que la mujer es la débil y sumisa, entre otros; y de esta manera se crea un sistema de jerarquías en el que el hombre (domina) está por encima de la mujer (sumisa). Generando desequilibrio de poder.

 

Los papeles están claramente definidos para cada unx, por eso, las mujeres que salgan de la mirada normativa serán duramente castigadas y/o invisibilizadas, tachando sus conductas de “aberrantes, fuera de moralidad y poco femeninas”.

 

Para el patriarcado, la base de la construcción de la feminidad es dual. Y desde la cultura cristiana se representa por dos modelos totalmente opuestos: María y Eva. María encarnaría el ideal de lo que sería ser una “mujer decente”: la bondad, la moralidad, el sacrificio, el cuidado de los demás, etc. Eva sería todo lo contrario, la “mujer poco femenina”: el deseo, el pecado, la falta de valores, etc. María solo existe en función de otras personas y, en cambio, Eva tiene deseos propios.

 

De esta manera, la ideología patriarcal convierte a las mujeres en objetos simbólicos con la única función de complacer las expectativas masculinas. Así que todas las mujeres que no se ajusten a este cánon complaciente, serán más susceptibles de sufrir la violencia patriarcal, que tiene una manifestación física pero también simbólica. Ésta última es más difícil de detectar, ya que es invisible a simple vista y es ejercida a través del lenguaje, de las costumbres y de todas las prácticas y valores sobre los que se asienta, reproduce y pervive el orden social del sistema patriarcal.

​Por tanto, cuando utilizamos frases populares como “más puta que las gallinas” (dejando de lado el significado de “puta” en torno al tema de la prostitución, que da para otro debate) estamos señalando que esa mujer no se ajusta a la mirada normativa patriarcal, que tiene el poder y la libertad sobre su vida sexual y que ha dejado de convertirse en un objeto sexualizado con el único fin de complacer la mirada masculina. Y por eso se la señala, castiga y estigmatiza, es violentada por la sociedad.

 

No nos damos cuenta de la cantidad de estímulos erróneos a los que estamos sometidxs y, sobre todo, las posibilidades infinitas que tanto hombres como mujeres perdemos a diario en pro de adecuar nuestra apariencia y estilo de vida a lo que se supone que se espera de nosotrxs. Una vez más….NUEVAS MIRADAS.

 

Desde esta serie fotográfica queremos reapropiarnos de esta frase popular e insultante, porque si ser “más puta que las gallinas” significa que somos mujeres libres, con poder sobre nuestra sexualidad, nuestro cuerpo y pensamientos y que no nos ajustamos a la norma patriarcal, gritamos bien alto y fuerte: “MÁS PUTA QUE LAS GALLINAS...SÍ, ¿Y QUÉ?”

“Porque el ideal de mujer blanca, seductora pero no puta, bien casada pero no a la sombra, que trabaja pero sin demasiado éxito para no aplastar a su hombre, delgada pero no obsesionada con la alimentación, que parece indefinidamente joven pero sin dejarse desfigurar por la cirugía estética, madre realizada pero no desbordada por los pañales y por las tareas del colegio, buena ama de casa pero no sirvienta, cultivada pero menos que un hombre, esta mujer blanca feliz que nos ponen delante de los ojos, esa a la que deberíamos hacer el esfuerzo de parecernos, a parte del hecho de que parece romperse la crisma por poca cosa, nunca me la he encontrado en ninguna parte. Es posible incluso que no exista.” Virgine Despentes

“Si analizamos por qué las mujeres sufren agresiones, la multitud de formas de violencia que las mujeres padecen, ya sean los crímenes en nombre del honor o la mutilación genital, todos ellos se basan en la idea de que las mujeres no deben controlar su sexualidad”.

Charlotte Bunch

De las Guerrilla Girls aprendí que no hay que quedarse con una porción del arte, sino que hay que dinamitarlo y hacerlo nuestro, de las mujeres.

Una vez dentro, tenemos que ponernos las gafas violetas para mirar el mundo de forma diferente a como nos han hecho ver, con sus legañas y sus espejismos.

 

Gracias a @binomio_mujeril por su arte y por sus lentes

 

PD: ¡comprad a autorAs!

Irene Desastre

Valencia, España

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